CASPAMUNDI

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domingo, 15 de junio de 2014

Piraña 2, Los Vampiros del Mar.

Bien amigos, vamos ahora con otro "clásico" del cine basurilla. En éste caso, se trata de la primera película supuestamente dirigida por James Cameron. Hablamos de....... Terminator tal vez? No, amigos,  hablamos de Piraña 2, Los Vampiros del Mar. Cameron figura acreditado como director de la película aunque  cuenta la leyenda que  realmente James sólo estuvo tres semanas, que tenía otras ideas para la película y que el tirano productor italiano  Oviddio Assonitis lo puso en la calle.  No me voy a molestar demasiado en el argumento. En una playa del caribe, por motivos extraños producidos por contaminación y demás porquerías se produce una invasión de pirañas y que no se sabe muy por qué son capaces de volar.  Hay un hotel en la playa que tiene previsto celebrar un fiestón impresionante, lo que pasa a continuación es que las pirañas voladoras serán las que se meterán el fiestón prometido a costa de los sufridos clientes del hotel. Como en todas estas películas hay un jefe de policía que lo interpreta Lance Herniksen con cara de no saber que coño hace aquí y  que no quiere que se celebren eventos en la playa porque se teme lo peor  y al que por supuesto nadie  hace puñetero caso, con las funestas consecuencias que todos nos imaginamos. Escenas destacables? Ninguna. Buena fotografía con el caribe de fondo?No, es  horrorosa. Interpretaciones creíbles? Ninguna. Tetas? Alguna que otra,  pero menos de lo que esperaba cuando la disfruté, que algo había que darle a la gente. Se pasa miedo? Ninguno. Para la posteridad queda la escena del ataque en la playa y el negro que se ve vilmente atacado por los simpáticos pececillos. Absolutamente inferior a la primera parte, que por otro lado no está nada mal. La han pasado en televisión bastantes veces para regocijo general de los televidentes ávidos de emociones fuertes y cine de calidad. Lo mejor de la película la carátula de vídeo que aquí publico en cuya parte trasera ya podíamos ver lo que nos esperaba con ésta  "película" (atención al reclamo de poner a la tía en tetas), conociendo los distribuidores las inquietudes hormonales que algunos jóvenes teníamos en aquellos tiempos. 




Aquí vemos la carátula de video, distribuída por Columbia. Con esos bichos voladores, la parte trasera y mi tierna edad, era imposible resistirse

Aquí vemos la única piraña que en el año 82 no volaba en las pantallas españolas.







EL JUSTICIERO DE LA NOCHE


Y para inagurar nuestro blog en el apartado cinematográfico una obra maestra del gran Charles Bronson. Se que falta la primera y la segunda parte, paciencia que ya llegará, pero no podía resistirme a iniciarme en el mundo bloguero sin comentar una de las películas mas deliberadamente burras de todos los tiempos. Una breve sinopsis sería la siguiente: El mítico arquitecto Paul Kersey  tras haber perdido a todos los familiares directos que se pueden perder  y haber impartido su propia justicia  haciendo pagar a los culpables, acude de visita a ver a unos viejos amigotes (si, lo de viejos lo he dicho con todas las intenciones del mundo porque son auténticos abueletes). Allí  le cuentan y puede comprobar directamente como existen unos chicos muy malos que abusan sin piedad de los pacíficos vecinos.El bueno de Paul  inicia  por su cuenta una cruenta batalla que tiene como único objetivo terminar con toda "esa mala gente"  que pulula por el barrio. Contará con la ayuda de sus viejos amigos y de otros vecinos que se le unen logrando el tio Charlie lo que siempre le ocurre en la mítica saga: quedarse sin familia ni amigos porque todos la van palmando poco a poco. La película esta repleta de escenas míticas como por ejemplo aquella en la que Bronson sale de noche a tomarse un heladito a la tienda de la esquina por supuesto a horas intempestivas para un barrio tan peligroso.  Se lleva un polo de chocolate y nata. Sale de la tienda, la imagen nos muestra como Bronson pasea tranquilo y relajado pensando en lo bueno y refrescante que está su polo.  LLeva una cámara de fotos de las buenas, casualmente colgada del brazo de manera distraída, que se vea bien que es cara y que el que la robe sacará una buena pasta por ella. ¿Como podría un ladronzuelo de nuestro conflictivo barrio resistirse? Se produce el momento ansiado por  tio Charlie: de repente, llega corriendo por detrás el gamberro y le arranca la cámara del brazo. Acto seguido se produce  lo que nadie en su sano juicio se imaginaría pero que en cambio todos los seguidores de la saga sabemos que podía ocurrir. El venerable anciano, ultrajado por el robo, desposeído de su valiosa cámara, saca un pistolón como el del cartel promocional y una vez vuelve a ser el hombre que todo esperamos, si, les estoy hablando de  EL JUSTICIERO DE LA NOCHE, disparando al ladrón que cae fulminado al suelo, con lo que queda  claro que al viejo Charlie no le va eso de ir a poner la correspondiente denuncia a  la Policia. Posteriormente, regocijo general, algarabía de los vecinos que antes se veían atemorizados y ahora se ven tranquilos ante la seguridad que les ofrece "un señor mayor" pero eso si, con muchos huevos.  A todo esto hay una periodista que se interesa por el tema, con la que Bronson llega a quedar un par de veces y que curiosamente podría ser su hija, aunque cosas de productores y guionistas, caerá en las redes del amor de nuestro protagonista (era de esperar dado los encantos del entrañable y simpático Charles). El final de la película es absolutamente demencial, con el policía que le vigila, echándole una mano frente a la invasión gamberra. En fin, 85 minutos de puro disparate ultraviolento. La película fue dirigida por Michael Winner quien dirigió las dos primeras partes y que antaño fue un buen director de cine de acción, dirigiendo a Bronson en una de sus mejores peliculas como fue "Friamente sin motivos personales"(1972)
Recuerdo alquilar la película en el videoclub con aquellas caratulas semitransparantes de Izaro Films que distribuyó la mayoría de joyas de los 80 producidas por la inefable Cannon Films.

Kersey con una pequeña ametralladora y uno de sus amables ayudantes.